
Si alguna vez soñaste con perderte entre dunas doradas, admirar un cielo estrellado y descubrir la auténtica vida nómada, una excursión desde Nefta hasta Douz, la puerta del Sahara, es el viaje que estás buscando. Esta ruta mágica por el sur de Túnez es una invitación al silencio, a la contemplación y a la emoción pura del desierto.
La aventura comienza en Nefta, un oasis con alma mística rodeado por palmeras infinitas y conocido por su tranquilidad, espiritualidad y hospitalidad. Desde aquí, el camino hacia el desierto nos conduce a través de paisajes cambiantes: desde las salinas del Chott El Jerid hasta los pequeños pueblos bereberes que aún conservan tradiciones ancestrales.
Durante el trayecto, es posible hacer paradas en lugares emblemáticos como el impresionante Chott el Jerid, un lago salado que refleja el cielo como un espejo y en donde se admirará el fenómeno del espejismo.
La llegada a Douz, conocida como la "puerta del desierto", marca el inicio de la experiencia sahariana. Aquí, el ambiente cambia: la arena sustituye al asfalto, el ritmo se desacelera, y el horizonte se convierte en un océano de dunas.
Pasar la noche en Douz es uno de esos recuerdos que se quedan grabados para siempre.
El silencio del desierto, roto sólo por el viento o el crujido de la arena, es sobrecogedor. El cielo nocturno se convierte en un planetario natural, perfecto para la contemplación o la fotografía astronómica.
Al amanecer, las dunas se tiñen de tonos dorados y rojizos. Un paseo en dromedario por el desierto al atardecer o al despuntar el día es una experiencia inolvidable.
Tras el desayuno, se emprende el regreso a Nefta con el corazón lleno de arena y alma renovada.